Que coneptos se aprenden desde el huerto escolar

Por qué no se debe enseñar jardinería en las escuelas
Los huertos escolares son una forma maravillosa de utilizar el patio de la escuela como aula, de volver a conectar a los alumnos con el mundo natural y con la verdadera fuente de sus alimentos, y de enseñarles valiosos conceptos y habilidades de jardinería y agricultura que se integran con varias asignaturas, como las matemáticas, las ciencias, el arte, la salud y la educación física, y los estudios sociales, así como varios objetivos educativos, incluida la responsabilidad personal y social. Si eres el creador o defensor de un huerto escolar, a continuación encontrarás un regalo de agradecimiento para ti.
...Los jóvenes están cada vez más aislados de la tierra y privados de las alegrías y responsabilidades que enseña.- Alice Waters En gran medida somos un pueblo deplorable para el que nuestros lugares inmediatos ya no son fuentes de alimentos, agua, sustento, energía, materiales, amigos, recreación o inspiración sagrada.- David Orr
Los huertos escolares no son nuevos. Cuando visité Filipinas en 1994, vi un huerto en cada patio de la escuela. El director de una escuela primaria me explicó que los alumnos trabajaban en el huerto y, a cambio, recibían un nutritivo almuerzo diario. Yendo mucho más atrás, los huertos escolares eran bastante comunes en la época victoriana en Inglaterra como parte de las clases de estudio de la naturaleza, durante las guerras mundiales en muchos países donde había escasez de alimentos, y en la época posterior a la guerra civil en Estados Unidos.
¿Cómo ayudan los huertos escolares al medio ambiente?
Los huertos escolares pueden marcar una diferencia duradera en la vida de los niños. Las lecciones que se imparten en estos laboratorios de aprendizaje al aire libre trascienden la jardinería y repercuten en los niños, sus familias y comunidades enteras durante años. Estas son algunas de las muchas maneras en que los huertos escolares marcan la diferencia:
Las actividades tradicionales en el aula suelen implicar un aprendizaje pasivo, ya que los niños leen en voz alta y escuchan a sus profesores. Sin embargo, las actividades en un aula de jardinería al aire libre hacen que los conceptos abstractos cobren vida a través de un aprendizaje activo y práctico. Los programas de huertos escolares utilizan tareas típicas de jardinería, como la planificación, la plantación, el cuidado y la cosecha, para ilustrar el cultivo. Las plantas, los insectos, los pájaros y el clima se convierten en participantes del proceso de aprendizaje. Como resultado, los niños están más comprometidos, más atentos y más motivados para aprender.
Aunque los huertos escolares fomentan la creatividad, las disciplinas más estrictas también se benefician. Las investigaciones demuestran que los alumnos que participan en un plan de estudios de ciencias basado en un huerto, además del aprendizaje tradicional en el aula, obtienen una puntuación significativamente mayor en las pruebas de rendimiento en ciencias que los alumnos de un grupo de control basado en el aula tradicional. Esta mejora del rendimiento en los huertos beneficia por igual a los niños y a las niñas.1 Gestión medioambiental
Ensayo del proyecto de jardinería escolar
Los investigadores y los profesionales han documentado que los jardines forman parte de los patios escolares y de las prácticas pedagógicas desde al menos principios del siglo XX, aunque es posible que hayan formado parte de las prácticas educativas, y ciertamente de la vida cotidiana, incluso antes. Algunos de los muchos beneficios que se han promocionado de los huertos escolares son que proporcionan experiencias activas y atractivas del mundo real, que mejoran la conexión de los alumnos con la naturaleza, que ofrecen un entorno para el aprendizaje integrado y holístico, y que fomentan los valores relacionados con la naturaleza. Sin embargo, cabe preguntarse qué impacto tienen realmente los huertos escolares en el aprendizaje de los alumnos. Los autores de este artículo emprendieron un estudio de ensayo controlado aleatorio en escuelas de bajos ingresos para abordar esta cuestión. Se propusieron medir el efecto de los huertos escolares en el aprendizaje de los alumnos utilizando la Fidelidad de la Intervención en los Huertos (GIF), una escala que los investigadores desarrollaron para determinar si la intensidad y el rigor de una experiencia educativa basada en los huertos influye en el aprendizaje de los alumnos.
En general, los alumnos de las escuelas que recibieron el tratamiento de huertos escolares obtuvieron ganancias modestas, pero estadísticamente significativas, en el conocimiento de las ciencias, según una encuesta de siete preguntas de opción múltiple. Sin embargo, cuando los autores controlaron el GIF, encontraron un mayor aumento de los conocimientos científicos en las aulas con una puntuación más alta en el GIF; esto significa que los alumnos con más lecciones e interacciones en el huerto tuvieron mayores aumentos en sus puntuaciones de conocimientos científicos.
Propuesta de proyecto de huerto escolar
El objetivo de este trabajo es aportar evidencias sobre la utilidad de los jardines como contextos para la enseñanza de las ciencias en las distintas etapas educativas, para lo cual nos basamos en el análisis de las representaciones gráficas de los alumnos con el fin de evaluar sus representaciones mentales de los contenidos científicos. Así, las principales preguntas de investigación que se plantean son:
Como profesores universitarios, nos involucramos en varios proyectos de investigación educativa financiados y centrados en el uso de los jardines, lo que nos proporcionó la oportunidad de participar directamente en programas de ciencias basados en jardines en las etapas educativas precedentes, una condición esencial para asegurar la calidad de los datos.
Un total de 44 niños de 4 años participaron en un proyecto de investigación concedido por la Junta de Andalucía (PIV-040/17) y realizado durante el curso 2017/2018, cuyo objetivo principal era promover el desarrollo de la competencia científica mediante el uso de un huerto. Se instaló una cama elevada en el suelo de cemento de un patio de una extensión aproximada de 260 m2 y que no había albergado previamente elementos vegetales (Figura 1A). La participación de los alumnos fue continua a lo largo de todo el proyecto: desde el diseño hasta la ejecución, el mantenimiento y el cuidado, y el consumo final de los productos. En el huerto se utilizó el humus de lombriz como abono, las semillas eran orgánicas y de temporada, y se utilizó mantillo de paja y asociaciones de cultivos. Además, se utilizó material reutilizado como palés, envases de productos de limpieza y macetas para crear también un jardín vertical.

Hola soy Adassa Puig y bienvenidos a mi blog donde puedes encontrar información relacionada a las huertas y como sembrar de una forma practica y sencilla haciendo uso de herramientas sencillas y comunes que nos permiten tener una huerta bien atendida.
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